viernes, 29 de junio de 2012

Sangre nueva


Lejos de esa discusión, un grupo de 16 alumnos de la clase de cuerdas típicas en la población de Sopó (Cundinamarca) ensaya cada viernes en la tarde.
A 48 kilómetros de Bogotá, un diminuto salón del Instituto de Artes de la población alberga a los niños y jóvenes que intentan sacarles la melodía a sus guitarras, tiples, violín, bajo y, por supuesto, bandolas.

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