jueves, 25 de octubre de 2012
mexico
Una marca difícil de entender en nuestros días pues el músico nacional ha ido desapareciendo del programa de las orquestas ante la tiranía del llamado repertorio universal que, en ese sentido, se vuelve rígido y discriminatorio. El espacio que ahora se otorga a los músicos nacionales no puede sino calificarse de precario. Las obras se incluyen a regañadientes o se sitúan en programas temáticos que se anuncian como "Jóvenes compositores en escena" (Orquesta Sinfónica Nacional) o "Música de las Américas" (Orquesta Filarmónica de Bogotá) configurando un ghetto sinfónico que impide la confrontación de público y compositores con el más repetido catálogo historicista ( en uno de aquellos conciertos, el director de turno en la ejecución de una pieza del músico mexicano Blas Galindo, desconcertó al público con un sonoro "Viva México", en un acto de comentada descortesía con el país que lo acoge).
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