En Hollywood hay tres formas de llamar a un problema: “Fracaso comercial”, “demasiado botox” y “Nikki Finke”. El último es el nombre del único fenómeno realmente endémico de la meca del cine: la reportera más implacable y odiada del lugar, la que lleva cinco años intimidando a los ejecutivos a base de publicar las conversaciones secretas de los estudios en su blog. Una adinerada cincuentona que basa su éxito en que nadie sepa qué aspecto tiene. La semana pasada, el todopoderoso Rupert Murdoch intentó desvelarlo. Y cayó de bruces. el pais
academias de musica
clases de canto bogota
No hay comentarios:
Publicar un comentario